¿Por qué hablar de tus problemas no siempre es la respuesta? Descubre el método que va más allá de la terapia de conversación

Introducción

Las limitaciones de la terapia de conversación tradicional

Durante décadas, la terapia de conversación ha sido un pilar fundamental en el tratamiento de la salud mental, proporcionando a muchas personas herramientas para comprenderse mejor y enfrentar sus desafíos. Sin embargo, a medida que avanzamos en nuestra comprensión de la mente humana, sus limitaciones han comenzado a hacerse más evidentes, especialmente cuando se trata de abordar traumas complejos o patrones psicológicos profundamente arraigados.

La necesidad de enfoques innovadores

Hoy en día, gracias a los avances en neurociencia, sabemos que el malestar psicológico no se limita únicamente al nivel cognitivo. Muchas veces, tiene raíces profundas en los mecanismos neurobiológicos de nuestro cerebro. Este descubrimiento ha impulsado el desarrollo de enfoques terapéuticos más integradores, que no solo trabajan con la mente, sino también con el cuerpo y las respuestas automáticas que forman parte de nuestra experiencia más profunda.

A medida que buscamos nuevas formas de abordar el trauma y los trastornos psicológicos, es crucial entender que el cambio verdadero no siempre comienza con el pensamiento consciente. Como veremos en las teorías de expertos como Alan Watkins, nuestras emociones y pensamientos están profundamente influenciados por lo que ocurre en los niveles más básicos de nuestro cuerpo. Este enfoque subraya la importancia de trabajar desde las raíces de nuestras respuestas fisiológicas, un principio fundamental en terapias como Deep Brain Reorienting (DBR). En las siguientes secciones, exploraremos cómo este enfoque propone que, para transformar patrones automáticos o lidiar con el trauma, no basta con quedarse atrapado en el nivel de los pensamientos o las conversaciones. El verdadero cambio empieza desde lo más profundo: el cuerpo y las sensaciones fisiológicas.

La pirámide de jerarquía de Alan Watkins: Una mirada al flujo humano

¿Alguna vez has sentido que, por más que intentes “pensar positivo” o cambiar tu perspectiva, simplemente no logras transformar lo que sientes? Alan Watkins, experto en neurociencia y rendimiento, en su charla TED sobre “cómo ser brillante cada día”, nos da una herramienta visual poderosa para entender por qué ocurre esto: la pirámide de jerarquía. Esta pirámide muestra cómo nuestras experiencias se construyen desde la base de nuestra fisiología, subiendo a través de las emociones, pensamientos, y acciones, hasta alcanzar nuestras metas y resultados.

Como vemos en la pirámide de Watkins, nuestra fisiología no es solo un punto de partida: es el fundamento sobre el cual se construyen todas nuestras emociones, pensamientos y acciones. Por eso, para abordar problemas profundos como el trauma, es esencial empezar desde esta base. Aquí exploramos cómo influye la fisiología en nuestra experiencia diaria

En este artículo, quiero profundizar en esta idea y cómo se conecta con el enfoque terapéutico de Deep Brain Reorienting (DBR). Este enfoque propone que, para transformar patrones automáticos o lidiar con el trauma, no basta con quedarse atrapado en el nivel de los pensamientos o las conversaciones. El verdadero cambio empieza desde lo más profundo: el cuerpo y las sensaciones fisiológicas.

Desde la fisiología hasta la meta: niveles de influencia

Fisiología como la base: las sensaciones corporales y su impacto en nuestras emociones

En la base de la pirámide encontramos la fisiología: las sensaciones corporales que experimentamos en el día a día, como el ritmo cardíaco, la respiración y las tensiones musculares. Watkins pone un énfasis especial en la variabilidad de la frecuencia cardíaca (HRV), un marcador de cuán equilibrado está nuestro sistema nervioso.

¿Por qué esto importa? Porque nuestras emociones, como el miedo o la rabia, están directamente conectadas con estas respuestas corporales básicas. Por ejemplo, cuando respiramos de manera pausada y controlada, le damos al cuerpo una señal de seguridad. Esto, a su vez, reduce el estrés y nos ayuda a procesar emociones de una manera más tranquila y consciente.

En la terapia DBR, este principio se utiliza para trabajar con experiencias traumáticas: se presta atención a las sensaciones físicas que surgen y se les da espacio para que sean procesadas. En lugar de reprimirlas o ignorarlas, el cuerpo se convierte en el punto de partida para liberar esas emociones almacenadas.

La relación entre emociones, pensamientos y acciones

Subiendo en la pirámide, encontramos cómo las emociones juegan un papel clave como puente entre nuestra fisiología y nuestros pensamientos. Muchas veces, tratamos de “resolver” problemas desde los pensamientos, pero olvidamos que estos son una consecuencia de nuestras emociones.

Por ejemplo, si sentimos vergüenza, es probable que nuestro cuerpo se tense y que, como resultado, los pensamientos que surjan sean autocríticos o pesimistas. Watkins ilustra esta idea en su modelo: si queremos cambiar nuestros pensamientos, primero debemos trabajar con las emociones subyacentes, que a su vez están profundamente conectadas con la fisiología.

En DBR, se considera que las emociones como el miedo o la rabia están “cableadas” en nosotros debido a experiencias pasadas, muchas veces traumáticas. Estas emociones reclutan respuestas automáticas en el cuerpo, lo que puede llevarnos a patrones de comportamiento reactivos. Al prestar atención a estas respuestas automáticas y trabajar desde la base (el cuerpo), es posible desacelerar estas reacciones y responder de una manera más auténtica.

Cómo las metas y hábitos surgen desde lo más profundo de nuestra fisiología

Finalmente, en la cima de la pirámide están nuestras metas y resultados. Sin embargo, Watkins deja claro que estas no existen en un vacío: son el producto de todo lo que ocurre en los niveles inferiores.

Si ignoramos lo que pasa en la fisiología y las emociones, nuestras metas pueden quedar atrapadas en patrones automáticos y respuestas inconscientes. En cambio, cuando trabajamos desde lo profundo, es posible alinear nuestras acciones con un sentido más auténtico y conectado. Esto es lo que permite terapias como DBR: no es solo “pensar diferente” o intentar cambiar el comportamiento a la fuerza, sino transformar las raíces mismas de nuestras experiencias.

Como hemos visto, nuestras metas y hábitos están profundamente conectados con lo que ocurre en los niveles más bajos de nuestra pirámide: la fisiología y las emociones. Ignorar estas capas puede dificultar cualquier intento de cambio, especialmente cuando se trata de experiencias traumáticas. Por eso, trabajar desde esta base no solo es más efectivo, sino también esencial para lograr una transformación duradera

El poder de trabajar desde la base

La pirámide de Watkins nos recuerda algo crucial: no podemos construir un cambio sostenible si ignoramos la base. Las terapias basadas en conversación tienen su lugar, pero cuando se trata de experiencias profundas o traumáticas, muchas veces no son suficientes. Necesitamos un enfoque que le dé espacio al cuerpo para procesar lo que ha vivido.

Cuando hablamos de trabajar desde la base, nos referimos a atender las respuestas fisiológicas que dan forma a nuestras emociones y pensamientos. Sin esta regulación, es imposible alcanzar un equilibrio mental duradero. Este principio es precisamente el corazón de terapias como Deep Brain Reorienting (DBR), que permite abordar las raíces neurofisiológicas del trauma.

Deep Brain Reorienting es una herramienta poderosa. Con solo unas pocas sesiones, ayuda a las personas a trabajar desde las sensaciones fisiológicas hacia las emociones y pensamientos, permitiendo una transformación que no solo es profunda, sino también duradera. Al enfocar el trabajo en el cuerpo y en las respuestas automáticas, DBR abre la puerta a una sanación genuina y duradera.

Así que, la próxima vez que sientas que tus pensamientos no son suficientes para cambiar lo que estás viviendo, recuerda mirar más profundo: hacia el cuerpo, hacia la fisiología. Ahí es donde ocurre el verdadero trabajo, y donde empieza la transformación. Ahora, exploremos con más detalle el papel fundamental de la regulación fisiológica en la salud mental.

El papel de la regulación fisiológica en la salud mental

La base de los procesos cognitivos y emocionales

La fisiología de nuestro cuerpo es el cimiento de todo: desde nuestras emociones hasta los pensamientos más complejos. Cuando estamos regulados a nivel fisiológico, podemos experimentar mayor claridad emocional y tomar decisiones más conscientes. Aquí es donde Deep Brain Reorienting (DBR) marca la diferencia. Al enfocarse en mecanismos neurofisiológicos fundamentales, DBR no solo trabaja con la superficie del trauma, sino que aborda las raíces más profundas para generar un cambio duradero en el bienestar psicológico.

Atendiendo las respuestas automáticas y patrones inconscientes

Uno de los aspectos más revolucionarios de DBR es su capacidad para acceder y modificar respuestas automáticas y patrones inconscientes que suelen quedar fuera del alcance de las terapias tradicionales. Estos mecanismos, profundamente almacenados en el tronco cerebral y el cerebro medio, son los responsables de muchas reacciones defensivas o automáticas asociadas al trauma. Con técnicas que trazan los eventos subcorticales durante el procesamiento del trauma, DBR permite liberar emociones y tensiones acumuladas, creando espacio para respuestas más conscientes y flexibles en situaciones desafiantes

Un enfoque integrador para un cambio más profundo

DBR también destaca por integrar experiencias corporales, ayudando a los pacientes a conectar y procesar las sensaciones físicas asociadas con sus recuerdos traumáticos. Esto no solo complementa el trabajo emocional, sino que permite un enfoque completo que aborda tanto los síntomas psicológicos como fisiológicos del trauma. Al facilitar una regulación emocional más sólida y reducir el riesgo de disociación, DBR crea una base más estable para el crecimiento personal y la recuperación.

La regulación fisiológica es más que un concepto: es una herramienta poderosa para transformar la salud mental. Deep Brain Reorienting (DBR) utiliza esta base neurofisiológica para trabajar con las raíces más profundas del trauma y lograr un cambio significativo.

Deep Brain Reorienting: Transformación desde las raíces del cerebro

Si bien ya hemos hablado sobre cómo nuestras emociones y pensamientos emergen desde la base de nuestra fisiología, Deep Brain Reorienting (DBR) lleva esta comprensión a un nivel completamente práctico y terapéutico. Este enfoque trabaja directamente con las respuestas automáticas del cerebro más primitivo, permitiendo liberar y reorganizar patrones emocionales profundamente arraigados, especialmente aquellos asociados al trauma.

Un estudio controlado y aleatorizado demostró la efectividad de DBR, mostrando mejoras significativas en tan solo ocho sesiones. Esto subraya el poder de trabajar desde la fisiología y las respuestas corporales para alcanzar una verdadera transformación emocional. Si quieres saber más sobre cómo funciona esta técnica y su impacto en la sanación, te invito a leer el artículo completo dedicado a este fascinante método.

El enfoque de DBR no solo se basa en principios sólidos, sino que ha demostrado resultados sorprendentes en pocas sesiones. Pero, ¿qué lo hace realmente diferente de las terapias tradicionales? Aquí exploramos sus aspectos únicos y cómo supera las limitaciones de otros enfoques

¿Por qué DBR es diferente a la terapia tradicional?

Un enfoque directo al cerebro subcortical

A diferencia de la terapia de conversación tradicional, que trabaja principalmente desde un nivel cognitivo, Deep Brain Reorienting (DBR) se adentra en las raíces neurofisiológicas del trauma. Esto significa que, en lugar de enfocarse únicamente en lo que pensamos sobre nuestras experiencias, DBR trabaja directamente con las respuestas automáticas del cerebro, como las que se activan en el tronco cerebral y el mesencéfalo. Este enfoque permite abordar de manera más efectiva los mecanismos que generan respuestas traumáticas profundamente arraigadas.

Procesamiento somático de las experiencias

Uno de los mayores beneficios de DBR es su metodología somática. Al centrarse en las sensaciones físicas y emocionales del cuerpo, DBR ayuda a liberar respuestas defensivas y emocionales que quedaron “atrapadas” durante los eventos traumáticos. Este proceso, que ocurre de forma pausada y controlada, permite una sanación más profunda y completa que la que suele lograrse solo a través de palabras

Regulación emocional mejorada

DBR también ayuda a las personas a procesar sus emociones de manera más regulada mediante su enfoque en la “tensión de orientación”. Este concepto se refiere a la tensión sutil que surge en el cuerpo al responder a estímulos relacionales o recuerdos traumáticos. Al identificar y trabajar con estas señales corporales, los pacientes pueden mantenerse conectados con su experiencia emocional durante las sesiones, permitiendo un procesamiento más consciente y evitando el riesgo de disociación, una barrera común en muchas terapias tradicionales. Este enfoque no solo facilita una mayor regulación emocional, sino que también ayuda a integrar experiencias complejas de una manera segura y efectiva.

Resultados prometedores y más eficientes

La investigación reciente ha mostrado resultados impresionantes: un estudio controlado y aleatorizado demostró que DBR logró reducciones significativas en los síntomas del trastorno de estrés postraumático (TEPT) tras solo ocho sesiones de tratamiento. Además, estas mejoras se mantuvieron a largo plazo, subrayando la eficacia de trabajar directamente con las estructuras profundas del cerebro. Este enfoque también destaca por su eficiencia, siendo una alternativa poderosa frente a las terapias de largo plazo basadas únicamente en la conversación.

Un enfoque adaptable para traumas complejos

Una de las grandes ventajas de Deep Brain Reorienting (DBR) es su capacidad para abordar traumas complejos, que suelen estar enraizados en experiencias prolongadas de abuso, negligencia o amenazas repetitivas. Estos eventos generan respuestas profundamente almacenadas en las áreas más primitivas del cerebro, como el tronco cerebral y el sistema límbico, donde los métodos tradicionales, como la terapia de conversación, suelen tener dificultades para acceder. A diferencia de estas terapias, DBR trabaja directamente con las respuestas fisiológicas y emocionales inconscientes, permitiendo al paciente procesar el trauma sin necesidad de verbalizarlo por completo, lo cual puede ser abrumador o incluso imposible en ciertos casos.

Además, el enfoque pausado y atento de DBR permite personalizar el ritmo según las necesidades del paciente, minimizando el riesgo de reactivación emocional o retraumatización. Esto lo convierte en una herramienta poderosa para quienes no han encontrado alivio en terapias más convencionales. Su capacidad para adaptarse a la complejidad de cada caso, trabajando desde el cuerpo y las respuestas más profundas del cerebro, hace de DBR una opción única y esperanzadora para tratar traumas que parecían imposibles de abordar.

Abriendo espacio para una expresión auténtica

Deep Brain Reorienting (DBR) facilita la toma de decisiones auténticas al abordar patrones automáticos profundamente arraigados en el cerebro subcortical. Este enfoque crea un espacio crucial entre el estímulo y la respuesta, permitiendo que las personas se desvinculen de reacciones automáticas dictadas por experiencias traumáticas. Al identificar tensiones musculares sutiles y rastrear las secuencias emocionales subyacentes, DBR ayuda a procesar recuerdos no resueltos almacenados en el sistema nervioso, lo que permite una respuesta más consciente y alineada con sus valores.

A través de este proceso, DBR transforma patrones reactivos en oportunidades para elegir de manera reflexiva y auténtica. Este enfoque no solo mejora la flexibilidad emocional, sino que fomenta una mayor conexión con uno mismo, facilitando decisiones que reflejan un propósito genuino y un equilibrio interno profundo.

Conclusión

La exploración de Deep Brain Reorienting (DBR) nos muestra cómo las raíces neurofisiológicas de nuestras experiencias moldean profundamente nuestras emociones, pensamientos y comportamientos. Este enfoque terapéutico innovador no solo complementa, sino que supera las limitaciones de las terapias tradicionales centradas en la conversación, ofreciendo una vía directa para liberar patrones automáticos y sanar el trauma desde sus bases más profundas.

Trabajando con las respuestas corporales y emocionales almacenadas en el cerebro primitivo, DBR abre un camino hacia una transformación auténtica y sostenible. Al integrar la fisiología, las emociones y los pensamientos, este enfoque ofrece a las personas la oportunidad de construir una relación más consciente consigo mismas, permitiéndoles no solo sanar, sino también vivir con mayor autenticidad, resiliencia y bienestar.

Referencias

Corrigan, F. M., & Hull, A. M. (2015). Recognition of the neurobiological insults imposed by complex trauma and the implications for psychotherapeutic interventions. BJPsych Bulletin, 39(2), 79–86. https://doi.org/10.1192/pb.bp.114.047134

Corrigan, F., & Christie-Sands, J. (2019). An innate brainstem self-other system involving orienting, affective responding, and polyvalent relational seeking: Some clinical implications for a “Deep Brain Reorienting” trauma psychotherapy approach. Medical Hypotheses, 136, 109502.

Kearney, B. E., Corrigan, F. M., Frewen, P. A., Nevill, S., Harricharan, S., Andrews, K., Jetly, R., McKinnon, M. C., & Lanius, R. A. (2023). A randomized controlled trial of Deep Brain Reorienting: a neuroscientifically guided treatment for post-traumatic stress disorder. European Journal of Psychotraumatology, 14(2). https://doi.org/10.1080/20008066.2023.2240691

Retrato de Fernando Zambra, psicoterapeuta especializado en el tratamiento del trauma con EMDR y DBR

Sobre el autor: Ps. Fernando Zambra

Ps. Fernando Zambra es Psicólogo Clínico de la Universidad de Chile, egresado con distinción máxima y especialista en el tratamiento del trauma desde un enfoque neurobiológico. Con amplia formación en EMDR, actualmente centra su práctica en Deep Brain Reorienting (DBR), una terapia de vanguardia para el reprocesamiento del trauma, ansiedad, depresión, y las dificultades del apego.

Adicionalmente, posee una especialización de postítulo en Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), aplicando un enfoque neurobiológico para su tratamiento innovador.

Conozca más sobre el enfoque y la trayectoria de Fernando aquí.

Índice de contenido

Comparte el artículo en tus redes
Artículos relacionados

¿Por qué hablar de tus problemas no siempre es la respuesta? Descubre el método que va más allá de la terapia de conversación

Descubre el poder del Deep Brain Reorienting (DBR) liberarte de patrones emocionales y de conducta reactivos o automáticos. Este enfoque innovador aborda las raíces neurofisiológicas del trauma, superando las limitaciones de la terapia de conversación tradicional. Aprende cómo DBR transforma patrones emocionales y físicos profundamente arraigados, permitiendo una recuperación auténtica y duradera. ¡Lee más para explorar una nueva forma de terapia!

Leer más »